La epilepsia se considera un trastorno cerebral en el que se interrumpe la actividad de las células nerviosas en el cerebro entrando en un periodo de actividad eléctrica descontrolada, lo que ocasiona que la persona que tiene este trastorno tenga convulsiones recurrentes.
Cabe mencionar, que para poder ser diagnosticado con este trastorno, la persona debe presentar dos o más convulsiones no provocadas por un corto de tiempo, y ser confirmado por un médico especialista con un electroencefalograma.
¿Qué piensas cuando lees u oyes la palabra “convulsión? Es posible que lo primero que nos imaginemos sea a una persona tendida en el piso estremeciéndose o temblando, pero no siempre ocurre así y esto es porque hay muchos tipos de convulsiones.
Sí, es cierto que las convulsiones son el principal signo de la epilepsia, pero no siempre se manifiestan en esta forma, por eso es muy importante saber que aspecto pueden tener, por ejemplo:
- Perdida de conciencia con caídas.
- Incontinencia urinaria.
- Temblor recurrente total o parcial del cuerpo.
- Mirada fija o parpadeos repetidos y rápidos.
- Movimientos automáticos y repetitivos, en ocasiones torpes.
- Espasmos musculares repentinos y breves.
- Jalarse la ropa o chasquido con los labios.
- Cambios bruscos que producen discursos sin sentido y confusos.
- Periodos breves en los que la persona parece “desconectada” de su medio.
- Percepción de sonidos, olores, sensaciones corporales, luces o imágenes inexistentes.
Los factores desencadenantes más comunes de la epilepsia incluyen:
- Fiebre alta.
- Nivel bajo de azúcar en la sangre.
- Abstinencia de alcohol o drogas.
- Estrés emocional.
- Ansiedad.
- Privación de sueño.
- Menstruación.
- Estímulos olfatorios, táctiles o auditivos.
Dependiendo de las causas, las convulsiones se clasifican en:
- Diopáticas: no existe una causa evidente. A menudo ocurre en niños de 2 a 14 años.
- Sintomática: es aquella debida a una causa conocida. Son más frecuentes en recién nacidos y ancianos.
Dependiendo de los tipos de convulsiones, las crisis epilépticas se clasifican en:
- Convulsiones focales: se ve afectado solo a un área del cerebro. Se subdividen en:
- Simples: cuando duran menos de un minuto.
- Complejas: cuando la persona se siente confundida o aturdida y puede extenderse a otras partes del cerebro y causar convulsiones generalizadas.
- Convulsiones generalizadas: ocurre como una tormenta eléctrica que afecta ambos lados del cerebro.
En México, no hay cifras oficiales de la prevalencia de la epilepsia, solo se encuentran algunos estudios que calculan que cerca de 3 millones de mexicanos la padecen (2,898,212). En promedio, 8 personas por cada mil habitantes la padecen.
Con estas cifras, podemos decir que es un problema de salud pública recurrente que debemos difundir, para poder eliminar los prejuicios o mitos sobre este trastorno, como los siguientes.
Mito 1. “La epilepsia es una enfermedad incurable, intratable y mortal”
Realidad: La epilepsia no es, como antes se pensaba, una maldición; no se contagia, no provoca locura ni deficiencia mental. En la actualidad existen una gran cantidad de tratamientos para controlarla y mejorar la calidad de vida del paciente.
Mito 2. “Las crisis epilépticas siempre se manifiestan en forma de convulsiones”
Realidad: Aunque las convulsiones son un síntoma típico de la epilepsia, ésta puede tener múltiples manifestaciones.
Mito 3. “Si presencio una crisis epiléptica, debo introducir un objeto en la boca de la persona para evitar que se ahogue”
Realidad: ¡NO! Este puede ser uno de los mitos más peligrosos. Introducir objetos en la boca de alguien que presenta una crisis podría provocarle asfixia. Tampoco intentemos abrazarla o interferir en sus movimientos. Lo que podemos hacer es ayudar proporcionándole calma, acostarnos a un lado de la persona y proteger su cabeza, rotándola sobre un costado para que ni la saliva ni el vómito se vaya a la garganta o a los pulmones.
Mito 4. “Las personas con epilepsia no pueden trabajar”
Realidad: Una persona con el tratamiento adecuado le será posible cumplir con sus jornadas laborales.
Mito 5. “Las luces intermitentes provocan convulsiones en todas las personas con epilepsia”
Realidad: Los estímulos o situaciones que pueden desencadenar una crisis varían de persona a persona, aunque si hay algunos desencadenantes comunes. Sin embargo, solo cerca del 5% de las personas tienen epilepsia fotosensitiva.
Mito 6. “La epilepsia es un padecimiento poco común y raro”
Realidad: Es una de las condiciones más comunes y antiguas en el mundo. Puede ocurrir a cualquier edad afectando a toda la población.
Si crees tener alguno de los síntomas antes descritos o alguien que conoces los presenta, es urgente consultar a un médico para que pueda dar el tratamiento adecuado. Las personas que tienen este trastorno corren el riesgo de muerte prematura tres veces más que la población en general, porque presentan mayor riesgo de sufrir traumatismos, fracturas, quemaduras, así como enfermedades psicosociales, como depresión y ansiedad.
Y recuerda, las palabras clave para mantener a una persona con convulsiones a salvo son: “Quedarse. A salvo. De costado”.
Quédese con la persona.
Manténgala a salvo.
Póngala de costado.
Consulte a su médico.
Referencias.
- OMS (2022). Epilepsia. Organización Mundial de la Salud (OMS). https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/epilepsy
- CHOC (2022). Epilepsia y convulsiones. Children’s Health of Orange County (CHOC). https://www.choc.org/userfiles/file/NewPatientEpilepsyPacketSpanish.pdf
- CDC (2018). Información básica sobre la epilepsia. Centers for Disease Control and Prevention (CDC). https://www.cdc.gov/epilepsy/spanish/basicos/index.html
- Santillán, M. L. y Ayala, J. (2019). INFOGRAFÍA: Epilepsia y su complejo tratamiento. Ciencia UNAM. https://ciencia.unam.mx/contenido/infografia/57/infografia-epilepsia-y-su-complejo-tratamiento
- Palomero, C. Rojas, O. y Morales, S. (2018). ¿Qué es la epilepsia? Origen y tratamiento. Facultad de Psicología. Coordinación de Universidad Abierta, Innovación Educativa y Educación a Distancia (CUAIEED). UNAM.